El Festival Lunar
El Festival Lunar se celebra cada año a finales de enero e inicios de febrero, celebrado en honor a los ancestros y a aquellos que han dejado su huella en Azeroth. Brinda a sus habitantes la oportunidad de conectar con sus raíces y de recibir bendiciones por parte de los ancestros.
Orígenes del Festival Lunar
El festival está profundamente ligado al pueblo de los elfos de la noche, quienes han preservado la tradición de honrar a sus ancestros a través de rituales y ofrendas.
Durante la Guerra de los Ancestros, cuando Azeroth fue atacado por la Legión Ardiente, los elfos de la noche y sus aliados combatieron para proteger su mundo y evitar la llegada de Sargeras. Uno de los héroes que destacó en dicha batalla fue Omen, un semidiós de la naturaleza bendecido por Elune. Omen, quien caminaba por el Kalimdor primigenio para guiar a los cazadores y recolectores, ofreciendo consejo y suerte a aquellos con quienes se encontraba, luchó con valor y ferocidad para proteger el mundo que tanto amaba. Las heridas provocadas por las fuerzas demoníacas le sumieron en un profundo sueño, donde las pesadillas viles le consumieron. Cuando despertó, siglos más tarde, había sido corrompido por la locura. Aunque su espíritu intentó encontrar el merecido descanso, la energía de la Legión lo transformó en una entidad atormentada. Lejos de ser la criatura de sabiduría de antaño, comenzó a sembrar el terror, dejando a su paso tan solo muerte. Cegado por el poder de Elune, a quien acudieron por ayuda, se refugió en las aguas del Lago Elune’ara. Ese día llegó a su fin el caos desatado, simbolizando un nuevo inicio para las gentes de Azeroth.

Cada año, los habitantes de Azeroth celebran el Festival Lunar para honrar a los héroes caídos en dicha batalla. Miembros tanto de la Alianza como de la Horda se reúnen en Amparo de la Noche, en Claro de la Luna, y lanzan fuegos artificiales: un símbolo del poder de Elune.
